lunes, 24 de septiembre de 2012

I never finish anything

Esto no es un lema ni debería serlo para nadie pero es verdad que muchas veces, cuando tu capacidad creadora o creativa se desborda y crees que eres capaz hasta de hacer una réplica del Guggenheim con papel albal, empiezas a abarcar proyectos que coges con mucha ilusión y que poco a poco se van quedando abandonados por cada esquina de la casa… Por eso al final te das cuenta de que ese es tu lema, I never finish anything. Lo sabes tú y lo sabe la gente que te rodea y te oye decir cada día lo de “eso lo hago yo” que más bien viene a ser un “eso lo empiezo yo”… Y sí, es así, lo empiezas hasta que llegas al punto de estancamiento o de aburrimiento, en el primer caso cuando te das cuenta de que no todo es tan fácil como parece cuando uno lo ve en la pantalla del pc y en el segundo cuando ves que lo que tú creías que se hacía en un par de horas no serías capaz de acabarlo en el resto de tus días…
Pero eso se acabó. Llega un día en que una amiga, te regala una preciosa libreta traída desde Estocolmo especialmente para ti cuyo lema es I never finish anyth… y ahí es cuando abres los ojos y dices: “el frotar se va a acabar” (eso me encantaría también llegarlo a decir algún día), desde hoy, hasta que no acabe algo no empezaré con algo nuevo, hasta que no haya hecho cosas con todos los cachivaches que tengo por casa, no compraré más nuevos, hasta que no haya tachado todo lo pendiente de hacer de mi lista, no volveré a escribir nada nuevo…
Bueno, la verdad es que según estoy escribiendo tanta cosa me doy cuenta de que probablemente no cumpla nada pero por lo menos, la intención está y la libreta también y como además tengo la presión de haber creado un nuevo blog para avergonzarme de mí misma si no actualizo, estoy bajo presión.

Hoy ha empezado mi real vuelta al cole, se acabó el horario de verano, se acabó el levantarse a las 4:30 (sí, a las 4:30, no me ha bailado ningún número), se acabó el calor sofocante que derrite las neuronas, se acabó. Hoy empiezan los deberes y como los niños, no me levantaré de la silla hasta no haberlos acabado porque mañana me los tiene que corregir la profe y no puede haber ningún error, o bueno, eso sí, que para eso me los corrige.
Espero algún día sentirme tan orgullosa de mi misma que pueda completar la frase con el ing que falta.


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