lunes, 4 de febrero de 2013

Una Simple Aficción Más

 
Mamá, te digo una cosa si no me regañas” – mientras lo decía tenía doblado mi brazo izquierdo con la mano hacia arriba y un reguero de sangre corría desde mi dedo corazón hasta mi codo a la vez que se iba formando un charco rojo en el suelo….
Así era yo, así de desobediente, de arriesgada y de inocente… Tenía 6 o 7 años, no recuerdo bien…
  • Desobediente porque hacía escasos diez minutos mi madre al verme sostener con una mano los cables del teléfono y con otra las tijeras de punta afilada, me había dicho: “deja esas tijeras que te vas a cortar”
  • Arriesgada porque pese a intentar cortar los cables de cobre del teléfono recubiertos con pvc de colores una y otra vez, no desistí en el intento y la fuerza hizo que cortase algo más que cables
  • Inocente por creer que mi madre no me iba a regañar…
¿Y por qué os cuento esto?
Porque probablemente fue esta la primera vez que decidí dedicarme a hacer accesorios… concretamente pulseras.
 
 
Yo era una niña bastante barroca, cuando veo fotos de pequeña, mi hermana siempre aparece tan minimalista como mi madre nos ponía (siempre íbamos vestidas iguales) y yo por el contrario, siempre aderezaba mi look con unos zapatos de sevillana rojos con lunares blancos, unas cuantas pulseras de colores, algún que otro collar, diademas espantosas, bolsos y todo lo que pillase por casa. Más que mi hermana y yo parecíamos mi hermana y un árbol de Navidad, sólo me faltaban las luces…
Afortunadamente de todo esto sólo quedan mi gusto por los accesorios PERO cuanto más discretos y minimalistas, mejor y el hacérmelos yo misma.
La verdad es que nunca he dejado de hacer cosas, lo que pasa es que hay periodos en que la producción sale como churros y otros por el contrario en que por lo que sea, nada de lo que hacemos nos convence (supongo que los estados de ánimo tienen mucho que ver en todo esto también).
 
 
 
Hace no mucho, hice unos kits para unas amigas… La idea es que todo fuese hand made y que hubiese un poco de variedad así que entre las diferentes cosas que introduje en el kit (otro día os hablaré de las otras cosas que había), decidí incluir un accesorio para cada una de ellas.
No las conocía mucho así que arriesgué y concretamente a Ana, la hice un collar muy simple pero que precisamente por su simplicidad, era bonito.
 
 
Parece que la gustó, digo parece porque se lo suele poner bastante y he de decir que queda genial así que para el pop-up de The Therapy decidí hacer algunos más del mismo estilo y otros un poco diferentes. También hice pulseras… y no de cables de teléfono precisamente…
 
 
Son sencillos, lo sé, algunos extremadamente sencillos pero creo que por eso, es precisamente por lo que me gustan tanto.
 
 
Supongo que nunca seré una Helena Rohner, entre otras cosas porque no pretendo serlo pero la satisfacción que produce que alguien a algo que llevas puesto te diga “qué bonito!” y poder decir “me lo he hecho yo!”, te hace sentirte un poco joyera…